sábado, 26 de abril de 2014

Señora que ve pasar una muchacha sin refajo


Scarlett se va a dormir. Se va a la cama y atendiendo a las últimas publicaciones que dicen que dormir desnuda es bueno para no criar hongos, deja el pijama en el cajón y hace como Marilyn, que usaba Chanel número 5 de camisón. A Marilyn tampoco le iba la cría de hongos. 
¿Para qué? Si la bandeja de champiñones suele estar a un euro....
Bueno, el caso es que la muchacha, Scarlett se ha echo una foto del paseíllo desde la salita de estar al dormitorio de aquesta guisa, y la gente que tiene mucho malage en vez de aplaudirle el gesto le da por buscar fallos en su anatomía. 
¡Qué perfeccionista es el ciudadano de a pie! 
Que sí tiene barriguita, que si se ve bajita sin tacones.... Si al final la chavala va a tener que meterse en el sobre con zapatos de plataforma. 
Barriguita.... ¡Ja! Se la cambio ya mismo. 
Y no estaría de más que los jurados de este certamen pusieran una instantánea de sí mismos en idéntica pose para mostrar a la pequeña Scarlett el modelo a imitar. 
Lo que nos íbamos a reír...



domingo, 20 de abril de 2014

Señora que se estira



Ya es día 20. Hemos superado con creces el ecuador del mes de abril. Pero sólo en días.
Las creces no son tantas en lo que se refiere a las arcas hogareñas. Ahí más bien decrecen los doblones.
El otro día haciendo limpieza de cajones, vi una carpeta que rezaba "Nóminas". Tiro de gomilla y me pongo a ojear. Hay un montón, pero tiro a las más antiguas, las vintage.
Llego hasta las que venían en pesetas, las que la hora extra se remuneraba, ains.... qué cifras tan apetitosas, tan bien nutridas, tan llenas de orgullo y satisfacción.
No las de ahora, tímidas y apocadas, tan magras, que en vez de llenarte de orgullo, te llenan de dudas. ¿Se habrán equivocado? ¿Me habrán dado la nómina del deshollinador en vez de la mía?
Y la pregunta más chunga: ¿Llegaré hasta el 31 sin tener que vender las joyas de la tatarabuela?
Vuelvo al pasado, a las nóminas con olor a naftalina. Las hay que ya la tinta se va diluyendo, como esas horas extras, las hay que parecen papiros egipcios, tan amarillentas. Cuanto más amarillean, más valiosas, más generosas en el montante final.
Y no hace tanto tiempo oiga, que parece que estoy hablando de los tesoros de los reyes católicos. O catódicos, que en mi oficio le pega más.
Pero aunque sean de antesdeayer miras lo que cobrabas en el 92 y lo que cobras ahora y se te caen dos lagrimones. Aquí, en esta mi carpeta, se debieron inspirar para hacer "El increíble caso de la nómina menguante". Cualquier tiempo pasado en este tema, no sólo fue anterior.
Y luego para más inri estamos las señoras cenizas.
Que hay un fallo en la máquina de fichar y no se contempla el tiempo real, con lo cual desaparece la nocturnidad de la soldada, me toca. Faltaría más....
Que a los de recursos humanos se les ocurre hacer una prueba de recorte extra a ver cómo se lo toma la peña, y eligen a unos pocos, yo soy la primera del grupo agraciado.
Qué suerte. Así estoy, todo el día.
Reclamando y estirando, reclamando y estirando...

domingo, 13 de abril de 2014

Señora que hace una escapada breve II


Después de una noche de vueltas y vueltas en una mini cama amanece en Sevilla.
Mi hija dice que soy como la princesa del guisante, porque me sacan de mi lecho y no paro de poner pegas. 
Que si el colchón es duro, la almohada es flaca o las sábanas ásperas. Siempre hay algo. 
Además, como me gusta dormir en diagonal, si el catre es chico me salgo del perímetro.
Lo normal. Tampoco creo que sea tan especial....
Bueno, pues después de dormir de aquella manera, nos vamos a desayunar. 
En el bareto de abajo ponen churritos y porras, mmmm.... Una delicia.







El día invita a pasear y decidimos darnos un tinte cultural. Hay una exposición egipcia, una réplica del templo de Abu Simbel al lado del río. Allá que nos vamos.
En la taquilla han puesto un egipcio auténtico, pero de los de ahora, para dar ambiente. Tiene toda la cara de Ramses tercero. Con un taparrabos, una toalla de rayas en la cabeza tipo costalero y una posturita de "mano adelante picopato y mano atrás pásamelsobrenB" daría el pego. 
Pero pierde toda la grandeza faraónica cuando se pone a tontear con nosotras con escasa gracia. 
Sonreímos con más desgana que otra cosa los chistecillos piramidales y nos vamos deslizando hacia un lado, no sea que lo siguiente sea sacarse una cobra del sobaco.





 Tenemos qué esperar a la siguiente tanda de gente, así que mientras, nos acercamos a un mercader convenientemente apostado en la zona de espera, a ojear todo tipo de figuritas con orejas picudas, señoras calvas y pirámides convertidas en pisapapeles. 
Francesca dice que le compre un escarabajo, que es el amuleto de la suerte egipcio. Siempre hay un amuleto, vayas donde vayas. Compro toda una manada de escarabajos e introduzco el mío, de color verde, en el monedero mientras le susurro: "Ya sabes lo que tienes que hacer". Ahora a esperar los resultados del laborioso escarabajo. Verde.
Llega nuestro turno y pasamos al templo. La verdad es que mola aunque sea de cartón piedra.









Un chavalillo de ojos claros narra las peripecias de los que construyeron el monumento. El de verdad.
Yo me dedico a lo que más me gusta, foto va, foto viene.
Le falta un poco de glamour ambiental.
Con unos extras haciendo de Cleopatra, Marco Antonio y Nefertiti luciría mucho más. 
Pero bueno, ahí os dejo las instantáneas para que os animéis a dar una vuelta por el Nilo-Guadalquivir.




domingo, 6 de abril de 2014

Señora que hace una escapada breve I


Antes de que la rutina nos invada hay que coger una mochila, el cepillo de dientes, la visa y un par de bragas y salir a despejar cuerpo y mente.
Aunque sea escapada de un día. Todo vale.
Cojo el tren con destino Sevilla y ¡cáspita! me toca en mesita. 
Eso en el AVE y con la familia a la vera es hogareño y agradable, pero en media distancia y con desconocidos mirándose de reojo no es lo mismo. 
El abuelete que me toca al lado se mueve más que la compresa de una coja. 
Como además lleva puesto el abrigo y la estrechez conlleva el roce, con cada movimiento me desconecta el cargador del móvil que tengo puesto en la franja de gaza que apenas nos separa. Paciencia y calma.
Me toca ventana y sol. Uf, yo que soy de sombra... servidora en camiseta y el abuelo y una rubia de gran papada, bien embutidos en abrigo de paño. Sólo de verlos sudo. Contrastes de vagón.
La rubia de gran papada va enfrente del abuelo y no suelta el móvil.
Afortunadamente cotorrea bajito. 
Enfrente de mi una muchacha despliega su ordenador y se evade de todos nosotros. Para contrarrestar tanta tecnología, el abuelo saca un libraco modelo "kenfollet" y lo deja caer sobre la mesa, dejándola coja.
Se me hace eterna la hora y cuarenta y cinco, el tren es como los del oeste. 
Por fin, diez días más tarde llego a mi destino.
Voy a pasar otro "Día de la mamá y la niña" esta vez en versión sevillana y laboriosa. Vivaaaa!!!!
Mi nena, que es muy creativa, va a hacer un tocado. Yo la voy a ayudar o a aconsejar, como hacen las buenas mamás. Y esa es la disculpa para echar un ratito,ea. 
Así que nos vamos de tiendas. Telas, plumas, rejillas y perifollos. Silicona, hilos, cuentas y perlas de baratillo. Somos como la muchacha de "El tiempo entre costuras" buscando mercancías del lejano oriente.  
Con tan  exótico cargamento dos o tres horas más tarde, damos con nuestros huesos en un abrevadero. ¡Qué sed produce Sevilla, la primavera y el olor a azahar!
Adentro. La cerveza se convierte en néctar de dioses. Caen un par de ellas acompañadas de croquetillas de bacalao, choquitos de Huelva y salmorejo cordobés. 
Luego con el papo lleno, seguimos ruta. 
Antes, a los postres, se iba a una cafetería; ahora mi hija dice que hay que ir a un "estarbas". Que allí los cafeses son variopintos y encima le ponen tu nombre en la taza y te llaman por el altavoz. Siendo así pues vale.



Hombre, también tienen sus detalles aparte de vocear tu nombre por el megáfono. En una cafetería al uso, te ponen azúcar o sacarina. Aquí tienen un expositor donde
le puedes poner cualquier brebaje o mezclarlos todos como en clase de química. 
Y este es el resultado de la pócima.




Heme aquí como madre moderna haciendo un "selfi" con mi café futurista, con cúpula del trueno incluída. Para quien no sepa lo que es un "selfi", dícese que es una foto que se hace al revés y la gente que cabe es directamente proporcional a la longitud del brazo del que la hace.



Volvemos despacito, mirando las tiendecillas que tienen vestidos de sevillana. Normal por otra parte. No van a ser de conquense.
Ya en casa, empieza el taller.
El sombrero de hoy es sencillito, modelo Robin Hood en su etapa gris, nada de Ascot ni modelo frutero de cocina. 
La niña se da una maña tremenda. Lo mismo te hace una pamela floreada que un cono medieval. La Coco Chanel no le llegaría a la tibia. Ni tenía el pelo azul.




No puedo poner foto de la obra de arte porque al final nos faltaron materiales. Quién lo diría... 
Y ya no había ganas de hacer otra expedición. Otro día os lo enseño