martes, 10 de noviembre de 2015

Señora que se pone seria


Hoy me voy a poner seria. Me lo vais a permitir.
Lo llevo dentro de mi interior y lo tengo que sacar porque oprime, y cuando algo oprime se le abre la puerta.
Porque parafraseando a Rajoy, ese gran pensador de nuestros días, soy madre, muy madre y mucho madre.
La foto de arriba es la realidad de mi casa hoy. No eso que nos dicen.
No lo que dice Fátima Báñez cuando sale con la boca llena de empleo creado y en ascenso. El que más crece de Europa.
Eso es mentira, o por lo menos si existe dicho empleo no es como el que ella tiene. Es una mierda.
Estoy así de desagradable porque me da mucho coraje que lo que vemos día tras día no tenga nada que ver con lo que nos intentan vender. 
Mi hijo tiene que emigrar. Como tantos otros. 
Como cada vez más miembros de su pandilla. Como Miguel, como Gemma...
Podría elegir. Seguir aquí, conmigo, otro año más mirando en esas páginas llenas de empleo denigrante, de empleo ficticio, de tomaduras de pelo, pero todo cansa. 
Y duele ver al lado cómo chavales con carrera lo único que consigan sea un empleo remunerado con 100 euros al mes. 
Ese es el empleo que están creando, señora Báñez. 
La paciencia tiene un límite. 
Este va a ser un país de viejos y para viejos. Ya sé que es un tema muy manido, pero tenía que decirlo, por la sencilla razón de que hoy me ha tocado a mi.
Y vuelve esa amarga sensación de que esto va hacia atrás.
Como cuando mis tíos tuvieron que emigrar a Suiza. 
Vale que los chavales se van contentos, ilusionados y con ganas de perder de vista un país que no tiene nada que ofrecerles. 
Pero ¿qué queréis que os diga? ¿Contenta?... pues no.
Harta ya de tanta mentira.
Hoy esta es la foto real de mi casa. 
Mañana probablemente lo sea de la tuya.