sábado, 9 de julio de 2016

Señora que tiene veneno en la piel


Día 9 y sábado
Llevo solo 5 días de vacaciones y ya me he quemado de la forma más tonta. 
Me fié de que las nubes harían de filtro protector factor 50 y naranjas de la China.
Las nubes quedan muy bien como visillos pero como porteras son una mierda, porque a los rayos chungos los dejan pasar.
Total, que llevo dos días mordiendo las uñas para no rascarme, acercando la espalda a cualquier superficie fría y aplicando ungüentos, aloe vera y cataplasmas. 
Y es que os imaginaréis que tengo la espalda como un sueco a punto de ebullir, pero no es así.  
El sol es un veneno para mi. Con un poquito basta. Soy una geisha de piel delicada y nívea. Una Nicole Kidman de alabastro. Un coñazo a fin de cuentas.
Aparte de mis problemas en la dermis, los días transcurren con placidez. 
Todo muy sencillo, muy relajante como corresponde.
No tengo agenda, ni despertador. 
Como cuando tengo hambre y duermo cuando tengo sueño.
Busco el silencio cual monje benedictino, ardua tarea viviendo en ciudad costera,
huyo de la gente, por mi naturaleza antisocial y me rodeo de plantas, de libros y de gatos.  
¡Qué tía más rara!
Es lo que hay.

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